Por @cura_del
Bueno amiguitos, hoy vamos a seguir con la segunda parte del post dedicado a las series mañaneras, en esta ocasión vamos a hablar de dos series que te ponen los fines de semana en FDF: Caso abierto y Mentes criminales, esta última serie está desarrollando su última temporada, la décima (como las copas de Europa del Madrid), pero empezaremos a hablar de la primera, porque es la que empieza antes.
Caso abierto es una serie que empezó a emitirse en el 2003 y terminó en 2010 , esta protagonizada por Kathryn Morris en el personaje de la detective de homicidios de Filadelfia, Lilly Rush, no es una serie tradicional, pues no investiga delitos actuales, sino homicidios que se han cerrado por falta de pruebas y nunca se encontró al culpable, está acompañada por una serie de detectives, que la ayudan en sus casos, Nick Vera (Jeremy Ratchford), Scotty Valens (Danny Pino), Will Jeffries (Thom Barry) y el Teniente John Stillman (John Finn) .
Todos los capítulos empiezan de idéntica forma: en un caso de hace algunos años aparecen (por arte de magia) nuevas pruebas, a saber: cartas, ropas, algún objeto que no se había visto antes, el arma del homicidio…. porque todos los casos no resueltos son homicidios, que se convierten en asesinatos.
Da igual la época en la que tenga lugar el crimen siempre aparecerá alguna persona viva que ha sido testigo del crimen, hay crímenes que han ocurrido 90 años antes de la serie (uno de una sufragista) que no hay nadie vivo (transcurre en la década de 1910, si después de 90 años hubiese alguien vivo y con la salud mental en condiciones sería un milagro) se encuentran con la confesión del asesino en una carta.
En la mayoría de los casos (aunque hayan pasado 40, 50, 60 años) el 90% de los implicados en la muerte de la victima están vivos y tienen una memoria excelente, todos saben que el día 30 de febrero de 1940 estaban tomando un café con Billy en el bar de Johnny, recuerdo la hora porque mire el reloj que estaba en la repisa a 50 metros de donde estoy, todo parece un zoo con una vista de lince, una memoria de elefante.
Aparte de todo esto, todos acaban confesando su crimen después de tantos años. “La maté porque era mía , le maté en el salón con el candelabro”, como se puede intuir por mis palabras no es una serie a la que tenga mucho cariño, es más, no me explico como una serie tan recurrente ha podido tener 7 temporadas y otras que me parecen más curiosas como Alcatraz o Death Valley solo han podido tener como mucho una única temporada.
Vayamos ahora a hablar de la otra serie mañanera de FDF, Mentes criminales , como he dicho antes está emitiéndose, en Cuatro, la décima y última temporada.
La serie muestra el trabajo de los miembros del equipo de Unidad de Análisis de Conducta del FBI, un grupo de investigadores de diversas ramas de la criminología que se dedica a hacer perfiles psicológicos y criminológicos a criminales para facilitar su captura.
En las dos primeras temporadas estaba dirigido por Fason Gideon (Mandy Patinkin) para después ser dirigido por Aarón Hotchner (Thomas Gibson), aunque el actor más conocido de la serie es Joe Mantegna (al que le pudimos ver en El padrino. Parte III ) en el papel de David Rossi.
En todos los episodios siempre hay un asesino en serie (si no hay 3 o más asesinatos, desapariciones, secuestros no actúan) al que perseguir, con la ayuda de la técnico informático (más hacker que informático al uso) Penélope Garcia (Kirsten Vangsness) que les da toda la información que necesita del asesino, (registro de llamadas, de medicinas, multas), van creando el cerco para detener al malo malísimo.
Esta serie es muy peligrosa de ver , me preguntéis que por qué es peligrosa, si cometéis el error que hice yo os puede volver paranoico, yo me vi en cosa de una semana o 10 días siete temporadas y media, mi trabajo me lo permitía.
Al ver tantos episodios seguidos empece a pensar como un asesino en serie, en como actuaría ante la policía, me entraron ganas de matar a gente o en su defecto de escribir una novela con un asesino implacable que no fuese cogido y del cual solo tuviera conocimiento la policía por la carta que le hubiera enviado a la policía para darse a conocer, ese es el motivo por el cual he dejado de ver la serie.
Mis conclusiones sobre ambas series es que si quieres tener instintos asesinos y confesar tus crímenes debes verlas de tirón, un episodio tras otro, tras otro, si lo que quieres es pongo la tele a ver que hay mientras (como he hecho yo hoy) preparar guacamole sin prestar demasiada atención a lo que pasa en pantalla, pero que tengas compañía, puedes verlas sin problemas.